jueves, 20 de febrero de 2014

DE GENIOS, MUSAS Y CATÁLISIS (II).....S.Y.D.

Y las musas llegan en extrañas formas…

Normalmente tendemos a imaginar a una Sirena marina de largos cabellos, o a un Adonis griego de pelo lacio y marcados pectorales.... o hadas, duendes, hermosos aromas o atardeceres enrojecidos que traen plumas, y polen, y versos, y rimas..... y fragancias que hacen estremecerse los sentidos de una manera absolutamente desconocida hasta el momento.

Pero no.

Roger Keith Barrett era un tipo normal, que dejó de existir a mediados de 2006.

Un tipo normal que, casi sin querer, se convirtió en la musa de algunas de las más bellas creaciones del siglo pasado.

Su vida, y sobre todo, su autodestrucción, sirvieron de inspiración  durante el proceso de creación de algunos de los acordes más maravillosos que el oído humano jamás vaya a escuchar. Su influencia, sin él pretenderlo, ya viaja incluso a través del cosmos.

Así de cabrona es la inspiración, sí.

Roger Keith Barret, a quien en adelante conoceremos como “Syd” era un adolescente normal de clase media, que vivía en Cambridge, y por supuesto, como mandaban los tiempos, fan de The Beatles y del Rythm and blues. 

Vamos, lo último.

Allá por 1964, habiendo adquirido el arte de fabricar su propio amplificador, se unió como vocalista a la banda “Tea set”, invitado por su amigo del colegio, George Roger Waters.

A partir de aquí la historia de Syd, ya os empezará a sonar familair a algunos.

Gracias a su talento compositivo y dotes de liderazgo, toma las riendas de la banda y, en poco más de 3 años, sale a la luz el excelente y celebrado  primer disco del grupo: “ The Piper at the Gates of Dawn”.

Aunque “Tea set” ha cambiado de nombre. Ahora son conocidos como PINK FLOYD.

Syd apenas dura un año en la banda. Sus problemas mentales y el abuso del LSD lo incapacitaron para lo que se les venía encima, y terminó recluido en su casa paterna.

Desequilibrado, deformado físicamente, incluso se afeitó la cabeza y las cejas.

Pero el final de Syd, o más bien su progresiva decadencia y degradación física y personal, influyó de tal manera en la historia del arte, de la música y de la ciencia, que quizás nos encontremos ante una de las mayores musas del siglo XX.


Continuara…

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